domingo, 8 de septiembre de 2013

"Querida hija...

... espero que disfrutes de un sexo impresionante"

-Ferrett Steinmetz está cansado de que le digan que debería apuntar pistolas contra los novios de su hija-.
Éste es un fragmento de una bobada que circula por internet titulado “10 reglas para poder salir con mi hija”, que está lleno de “divertidas” amenazas como ésta:


“Regla 4: Estoy seguro que te han dicho que hoy en día, tener sexo 

sin ningún tipo de protección puede matarte. Déjame que te lo especifique: 
cuando se trata de sexo, yo soy la barrera, y te mataré”

Todas ellas se reducen a un tedioso “Los chicos son patanes amenazadores, el sexo es detestable cuando son otros los que lo practican, y mi hija es una muñequita cuyo destino controlo yo”. 

Mirad, a mí me gusta el sexo. Y porque quiero a mi hija, quiero para ella los mismos placeres de la vida que para mí, y si puede ser, más. No quiero oír los detalles porque, demonios, no quiero tener esas imágenes visuales más de lo que mi hija quiere las mías. Pero en resumen cariño: sal y juega.

Porque el sexo cuando es consentido por ambos no es algo que los hombres cogen de ti, es algo que tú das. Dar a otro placer no es algo que te degrade. Obtener placer para ti misma no te degrada. Y aquél que le dé alguna otra implicación es un hombre que probablemente bajo las apariencias tiene un bajo concepto sobre las mujeres.

Si, todos esos chicos y chicas puede ser que rompan tu corazón, y por lo tanto romperán el mío. Te he apoyado cuando llorabas, después que tu novio te engañara, y eso me partió en dos. ¿Pero sabes qué me partiría en dos aún más? Verte en una jaula de cristal, sin experimentar nada más que el vacío frío bajo tus dedos, siendo yo un amante padre que se ha asegurado de que tú experimentes sólo aquello que yo he decidido que tiene que ser de tu gusto. Tú no eres Yo. ni eres una extensión de mi voluntad. Y por lo tanto, tú necesitas cometer tus propios y malditos errores, aprender cómo levantarte cuando caes, aprender dónde están los vendajes y cómo curarte tus propias heridas. Yo te ayudaré. Seré tu consejero cuando pueda, la persona a la que acudas cuando te parezca que todo está perdido. Pero creo que perderse también tiene un valor. Creo que hay algunas fortalezas que sólo surgen de escarbar tu propio camino para salir de la oscuridad.

Tú eres dueña de tí misma, y algunas de las cosas que te encantarán serán como un golpe para mí, porque me parecerán una locura o feas, o desagradables. ¡Así de grande y fabuloso es el mundo! Imagínate que a todo el mundo le gustara lo mismo: Estaríamos todos peleándonos por las mismas 10 personas. Es un milagro que quien es “un descarte” para una persona se convierte en el tesoro más preciado para otra. Y yo sería un tipo muy pequeño y triste si te manipulara para que te convirtieras en un molde, un clon de mis deseos. Adora la música que yo odio, ve a ver las películas que detesto, conviértete en una mujer fuerte que sabe dónde está su felicidad y lo que debe hacer para conseguirla.

A partir de ahora, la vida te causará magulladuras, algunas de ellas consensuadas. Pero no te diré que el sexo es malo, o que tú eres mala por desearlo, o que otros son malos por desearlo de ti si tú estás también deseándolo. Rechazo perpetuar la idea (aunque existe un posible uso del humor) de que las personas por quienes mi hija siente atracción son mis enemigos

No soy el guardián que te encierra en la torre. Idealmente, soy el “lugar seguro” de mi hija, un jardín donde poder regresar cuando el mundo ha demostrado ser un poco más cruel, donde recobrarse y reflexionar sobre errores cometidos. Sabiendo que aquí hay alguien que la quiere de todo corazón y que la abrazará hasta que se sequen sus lágrimas.

Esto es lo que quiero para ti, cariño. Una vida audaz, llena de grandes errores y más grandes triunfos.

Ahora sal ahí fuera y encuentra todas las cosas que jodidamente ames, y viceversa."


Este artículo y la página web de la que procede, "The Good Men Project", han sido uno de mis descubrimientos de este verano. 

Muchas veces, en nuestras relaciones y toma de decisiones en la vida acostumbramos a movernos entre dos conceptos opuestos: Bueno-Malo, Responsable-Irresponsable, Feliz-Infeliz, Amor-Odio, ... Por un lado, reconozcámoslo, es muy útil... Si no redujéramos toooodas las posibilidades a un binomio simple, muchas decisiones serían imposibles de tomar.

En el caso de las relaciones padres-hijos, la cosa se complica. No valen posiciones simples (¿Debo ser permisivo o autoritario?) porque, sencillamente, las situaciones que se van a plantear no lo son. Y los padres estarán conmigo en que si hay algo "peliagudo" es: "¿Como le planteo el tema del sexo?"

Desde aquí aplaudo al autor de esta carta a su propia hija, porque se ha atrevido a salir de un dilema que podía ser más cómodo para él, es decir, abordar el tema desde 2 perspectivas posibles "te permito pero que yo no me entere de nada/ no te permito" o de si "te envalentono o te meto miedo sobre lo que encontrarás en el mundo". Bendiciendo o demonizando.

Al contrario, Farret Steinmetz se complica la vida, saliendo del dilema que él no ha definido. Y apostando por intentar que su hija tampoco se cierre en esos dilemas, pensando por si misma. Bravo.

Os adjunto aquí el link al artículo original en inglés. Aviso: la traducción la he hecho yo misma, de modo que no será perfecta y hay alguna omisión de algún término bastante intraducible y que de todos modos no afectaba al sentido del artículo. De antemano, mis disculpas por los errores.

Source: www.goodmenproject.com (Steinmetz, Farret "Dear daughter I hope you have awesome sex)

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