Hoy me apetece hablar sobre opciones y alternativas. Pero
antes, un cuento:
Esta es la historia de un caballero del rey Arturo. Un día,
regresaba eufórico de una cacería exitosa. Se encontró en el camino a una joven
y la violó. Una vez apresado, el rey decidió dejar su destino en manos de la
reina y sus damas. La reina decidió que le perdonaría la vida con una
condición: que consiguiera dar buena respuesta a la pregunta: “¿Qué es lo que
casi todas las mujeres desean?”
Para encontrar la respuesta, se le concedió a nuestro
caballero un año y un día de tiempo. Si fallaba, sería condenado a muerte. El
último día, mientras se dirigía de regreso a la corte sin resolver el enigma,
se encontró una mujer vieja. La más fea que jamás había visto. Sentada en el
camino, llamó su atención con unas palabras proféticas: “Caballero, por aquí no
hay camino con salida”. Éste, desesperado, le explicó a la vieja su situación,
a lo que ella le respondió con una propuesta. Le revelaría el secreto si él se
comprometía a hacer después lo que ella le pidiera, siempre que estuviera a su
alcance.
Nuestro protagonista ya estaba atrapado en una situación
nada agradable, y esperando tener una oportunidad aceptó la oferta de la anciana. Ésta le contó el secreto: ”casi
todas las mujeres desean ser soberanas y gobernar por encima de sus maridos y
salirse con la suya en el amor”. El caballero dio la respuesta a la corte y las
damas, satisfechas, le perdonaron. Una vez libre, la anciana le exigió que
cumpliera con su parte del trato y que la desposara. El caballero cumplió su
palabra. En la noche de bodas, yacía desesperado al lado de su esposa, pues no
podía soportar la repulsión que su aspecto le causaba. Finalmente, la bruja le
volvió a presentar dos alternativas: podía aceptarla tal y cómo era y ella
sería una esposa fiel y obediente toda su vida, o elegir que ella se
transformara en una joven hermosa, pero que nunca le sería fiel.
El caballero meditó largamente sobre las 2 opciones y
finalmente contestó “no elijo a ninguna de las dos”, negándose así a elegir. En
aquél momento la mujer se transformó en una hermosa joven que también era fiel
y cariñosa.
El protagonista de nuestra historia se ve atrapado
repetidamente en lo que los psicólogos Weakland y Jackson llamaron la Ilusión
de alternativas. Es decir, la existencia de situaciones en que podemos elegir
entre 2 opciones, pero donde ninguna de ellas es válida.
En un intento de
buscar la opción “correcta”, la persona se siente obligada a elegir una de
ellas, cuando con cualquiera de las 2 opciones la persona pierde. Es decir “pierde
si lo hace (porque la opción ofrecida no le conviene) y pierde si no lo hace
(porque siente la culpabilidad y los reproches de no hacerlo)”. Otros autores llaman a esta situación de “Doble Vínculo”.
Es una trampa difícil de eludir una vez se ha caído en ella, porque uno no se plantea normalmente cuestionar las opciones. Generalmente quienes las plantean tienen una posición respecto a nosotros que nos lo pone muy difícil: padres, parejas, jefes... Y volvemos a la obligación de elegir.
Es una trampa difícil de eludir una vez se ha caído en ella, porque uno no se plantea normalmente cuestionar las opciones. Generalmente quienes las plantean tienen una posición respecto a nosotros que nos lo pone muy difícil: padres, parejas, jefes... Y volvemos a la obligación de elegir.
¿Cómo escapar? El caballero eligió no
elegir, es decir, salir de la situación engañosa. En muchas ocasiones la salida (o al menos un inicio) pasa por cuestionar en voz alta que las “opciones” realmente no lo son. No
siempre es fácil. En numerosas ocasiones es necesario buscar la ayuda de una tercera
persona que “desde fuera” nos aclare el falso dilema.
Porque es una trampa muy frecuente: “Si me quieres, harás esto, aunque no quieras, que es por tu bien”.
Fuente: "Teoría de la Comunicación humana" Watzlawick P., Bavelas J.B., Jackson, D.D. (1981)
"El caballero eligió no elegir"... tendríamos que ponerlo en práctica más amenudo...
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