domingo, 19 de mayo de 2013

Mentiras piadosas (hablando de drogas)

El otro día salió en la prensa este artículo: (Fuente:La Vanguardia)

¿Los padres deben mentir cuando los hijos les preguntan si han probado las drogas? Los adolescentes tienen más riesgo de consumirlas si sus padres les explican sus experiencias en este campo.

Mentir y negarlo todo. ésta podría ser la estrategia para los padres que hayan probado las drogas si sus hijos adolescentes les preguntan por el tema. Al menos, así lo sugiere un nuevo estudio de la Human Comunication Research, recogido por la revista The Atlantic,que indica que hablar abiertamente a los hijos sobre las drogas les ayuda a crear un sentimiento de prevención y contrario a su consumo, pero que su efecto es el contrario si, cuando se aborda el tema, salen a colación posibles divagaciones y experiencias con las drogas de los mismo padres, aun que sea para expresar su arrepentimiento por haberlo hecho.

Los investigadores autores del estudio preguntaron a un grupo de adolescentes qué les habían explicado sus padres sobre el consumo de drogas y cuáles eran sus sentimientos sobre las drogas. En general, los jóvenes que habían hablado con sus padres sobre el tema tendían más a oponerse a su consumo. De todos modos, esta prevención se reducía en los casos en los cuales los progenitores les habían explicado que habían tomado drogas.

Los investigadores, según The Atlantic, afirman que eso se debe a que los padres estarían enviando mensajes contradictorios a sus hijos. Por una parte les dicen que no deben probar las drogas y a la vez, les dicen por la vía de su propia experiencia vital que tomarlas es algo normal y sin tantos riesgos. 

Que el titular no despiste: Como en otras muchas cuestiones, quizá la cuestión que de verdad puede marcar la diferencia no es sólo un Sí-No (mientes/se ha tomado drogas) si no el CÓMO se habla o se da la información sobre drogas, u otros temas.

Sería un error creer que la comunicación padres-hijos sobre las drogas depende sólo de si los padres las han tomado o no. ¿Dónde queda la confianza y el papel de referencia que un padre o una madre deberían tener? ¿Cómo puedes pedir a tu hijo/a que confíe en ti si la única salida que ves para hablarles de un tema tan complicado es mentir?

¿No es más importante, entre otras cosas:

  • Que si precisamente se ha sufrido lo que afectan las drogas, por consumo propio o de otros, poderlo explicar de una manera adecuada y poder darle un valor positivo?
  • Que la comunicación en la familia no se base en mentiras, lecciones teóricas  o informaciones contradictorias entre si?
  • Que el niño /adolescente/joven tenga información suficientes sobre las drogas y sus consecuencias, que le ayude a tener un criterio propio?
  • Que en la familia se intente crear un clima de confianza para que en caso que lo necesite pueda recurrir a ellos y pedir apoyo, consejo o ayuda?
¿No es absurdo, no hay otra solución que mentir?

Se me ocurren estas preguntas, podrían ser muchas más... ¿Qué respuestas les darías?

2 comentarios:

  1. Siempre he pensado que el mayor riego de hablar de drogas con los hijos es perder el punto de equilibrio y caer en los polos, la incitación o la demonización. Los dos son malos, los dos provocan el consumo a medio plazo...

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  2. Gracias! Quizá es que el punto de equilibrio es poco tentador, requiere tanto esfuerzo para no obtener una recompensa inmediata...

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