miércoles, 9 de noviembre de 2011

No me chilles que no te veo




Hace un tiempo vi una escena que me llamó la atención: estaba yo dando una vuelta por una librería del centro de mi ciudad, cuando noté un aliento en la nuca. De manera refleja levanté la cabeza, buscando a quién había sido, y ahí estaba. Bueno, mejor dicho ahí estaban. El “soplador” era un chico, andando por la librería, dando vueltas, pero no mirando libros. A sus espaldas, una chica (presumí que era su pareja), que intentaba hablar con él.

Ninguno de los 2 estaba interesado en la librería, ni por asomo. Él iba caminando, con un rumbo aleatorio y con paso firme, sin mirar las estanterías o tan sólo de reojo, y respondiendo a su compañera con frases concisas y secas, por encima del hombro, sin mirarla a la cara más que por el rabillo del ojo y sin detenerse. Él en primer lugar y ella detrás. Pidiéndole que bajara el paso, que estaba cansada porque acababa de salir del trabajo. Preguntándole qué buscaba ya que no paraba de dar vueltas, pidiéndole que parara, porque quería hablar con él. Reclamándole que la escuchara.

Ante esto, yo me sentía como delante de una peli de miedo, en la que te mueres de ganas de gritarle a la protagonista “¡¡pero no entres ahí!!”. Yo en mi caso le hubiera dicho: ¡Haz algo diferente! Cuánto vas a aguantar dando vueltas y sin que se detenga…

Al final sí hizo un cambio: le cogió fuertemente les brazo, le hizo girarse hacia ella y cara a cara, le hizo la misma queja de antes, pero más iracunda. El resultado fue que discutieron un poco, pero finalmente salieron de la tienda tal cual habían entrado: él delante y ella detrás…

Ella hizo un pequeño cambio, pero no el suficiente, porque él tuvo bastante con persistir en su actitud (con un reproche añadido, cortesía de ella) para que después de una breve discusión, las cosas no cambiaran.

En esta ocasión fue así, puede que en otras ocasiones la cosa haya ido del revés.

¿Cómo nos comunicamos a veces, o cómo no nos comunicamos? Estas dos personas tenían 2 intenciones diferentes:

Él, no comunicarse como ella le pedía. Si había algo de lo que ella quería hablar, me pareció muy claro que él no quería hablar sobre ello.

Ella, que la escucharan cómo se sentía, pero sin encontrar una estrategia adecuada para conseguirlo.

Nos podría parecer que se complican la vida, ¿no? Él si no quiere hablar de algo, sólo hay que decirlo, no es necesario entrar en una tienda grande a pasear uno mismo y a pasear al otro. Y ella si quiera hablar de algo, puede esperarse a un momento más tranquilo, y no en medio de una tienda atestada de gente…

Puede parecer sencillo sobre el papel, pero no siempre lo es. Las personas tenemos una costumbre muy extendida, que la sabiduría popular resume perfectamente con un dicho: "empezar a construir la casa por el tejado". En el caso que yo me encontré sería “conseguir que nos entendamos, e intentar conseguir juntos los objetivos comunes que tengamos”.

Pero cualquier arquitecto nos diría que para construir es necesario al menos que haya unos buenos cimientos: ¿Qué tal por empezar a decir claramente lo que esperamos del otro, y lo que necesitamos? Y dejar de asumir a cosa hecha que la otra parte sabe lo que pensamos y sentimos, y no decirlo nunca.

¿Cómo esperamos a llegar a grandes acuerdos con las personas, especialmente con aquellas que más nos importan, cuando a veces no sabemos expresar las cosas más simples, o encontrar el momento más adecuado para hacerlo?

¿Cuándo empezaremos a no intentar construir la casa por el tejado?

3 comentarios:

  1. ¿Cuántas veces hay que golpearse contra el muro para ver que no se atraviesa? Para algunas personas hasta la muerte, y no la del muro.

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  2. Pues si, hay muros extraordinariamente resistentes. Quizá un buen principio sería convencerse que probar una estrategia diferente no es una derrota ni un fracaso, sino la antesala de una segunda oportunidad sin los errores de la primera.

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  3. Sobretodo hay que especificar con escuchar o oír, porque una cosa es escuchar algo que oírlo.
    Este chico oía un ruido, no lo escuchaba y cuanto mas fuerte era el ruido mas le molestaba por eso intento hacer algún gesto para que acabara, no pq había hecho caso a la chica sino para conseguir que parara ese "run run" molesto (como apagar la radio). Así que tanto jaleo para estar igual que al principio: ella intentando "chillarle" algo y el sin "verla".

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